Registro de la Propiedad Intelectual

Safe Creative #0908204256400

domingo, 25 de octubre de 2009

Sabor a verano



Aquel verano, hubiera sido cómo los demás. Pero descubrió las campanillas que le traían el dulce sabor.



Acontecía las estivales tardes en que las chicharras nos adormecían con su cántico, previamente a la tan merecida siesta. Después de la comida, y antes de que sucumbiera, por el cansancio de  los juegos playeros. Atenta al menor tintinear de las campanillas, y preparada con el saquillo repleto de monedas, espera sentir el tintineo tan esperado.
¡Ahí está, ya llega!  Grita con todas sus fuerzas en silencio, la audaz chiquilla.
Sin que nadie la oiga, se escabulle por toda la casa esperando que se pare en su puerta. El chico de los helados, sabe que no tendrá que esperar mucho, hasta  que se abra la puerta. Un código secreto que ellos dos sólo saben. La chiquilla de trenzas aparece por la puerta, el jovial muchacho en complicidad con la pequeña le guiña un ojo, ella le responde con una sonrisa, esperando que le ofrezca los sabores del día. ¡Es igual! Cómo siempre: menta y chocolate…
Feliz, marcha a la tan sabrosa siesta. Con sabor a chocolate y menta…

Inspirado en la añoranza de Maais.

El viejo pianista.




Aunque esta noche sea como las demás, se a puesto su mejor traje, le ha sacado brillo a sus zapatos y luce sus mejores gemelos. Despacio y con calma se acerca a su viejo pero hermoso piano, le cuesta trabajo sentarse en la butaca, pero se apoya en su bastón, a sus pies… su pequeño y peludo amigo, que observa y parece decir –cualquier tiempo pasado fue mejor. No puede evitar sonreírle y acariciar su suave lomo.

Sentado frente a ese instrumento que traduce lo que su alma cuenta, desliza sus dedos por la tapa del piano (parece acariciar a una mujer) sabe que esa es la ultima frontera; lo que le separa de sus sueños. Cierra sus ojos y aspira con calma y nostalgia… enseguida capta el olor a madera y papel del piano y su partitura, casi puede saborear las notas y es que el solo sabe tocar son sus cinco sentidos.


Y ahora es cuando vuelan sus manos por ese mundo en blanco y negro, besan sus dedos cada tecla, y siente su viejo corazón que hay algo más; de pronto ven sus ojos cerrados a esa mujer que un día fue suya, puede incluso captar el perfume de su pelo negro, recuerdan sus dedos el tacto de su pecho, se mezclan las notas con la voz de esa hermosa dama… -que no daría yo por un ultimo baile a su lado. Es lo que parece decir una tímida lágrima que resbala por su mejilla.
El espacio entre nota y nota se va dilatando hasta llegar a desaparecer y con ellas… el recuerdo de esa hermosa mujer. Orgulloso, como quien termino una obra de arte, respira y sonríe.

Ahora se levanta despacio de la butaca y coronando con sus manos el bastón, se inclina suavemente ante un cuadro que preside su salón y unas palabras asoman a sus labios; –Buenas noches mi amor, te veo mañana a la misma hora.

Autor: Iván Sanchez. Blog: Cosas de Iván. http:cosasdeivans.blogspot.com